Dijo un diario un 21 de enero de 1997:
"Se lo tragó el agua". Con unos ojos negros todavía asombrados, en marcados por una carita redonda, arrebatada por el sol tucumano, Alexis, de 10 años, no para de contar lo ocurrido.
"De pronto llegó una ola y los chicos más grandes hicieron una cadena para sacar a los que se estaban ahogando. Pablo alcanzó a empujar a los que estaban más lejos, pero se hundió. Luego, apareció nuevamente para alcanzar al último, y allí se lo llevó el torrente".
Sin terminar de creer todavía lo que les tocó vivir, los más chicos del batallón de exploradores N° 1, relatan los difíciles momentos pasados a la orilla del arroyo Los Loros, en la zona de El Cadillal, en Tucumán, donde realizaban el campamento anual.
En ese lugar, el sábado al mediodía Pablo Barton, uno de los jefes (soles) de los exploradores de Don Bosco, murió tras efectuar el rescate de tres chicos que eran arrastrados por la corriente.
Contra toda esperanza Los "soles" reagruparon rápidamente al grupo y lo concentraron en el campamento, desde donde eran seguidas las alternativas de una búsqueda que se mantenía contra toda esperanza.
El domingo, cerca del mediodía, fue hallado el cuerpo de Barton, que fue enviado por avión hacia Buenos Aires.
El batallón de exploradores, entonces levantó campamento e inició el regreso a Buenos Aires, "Estábamos en la orilla. De pronto se levantó un fuerte viento y una ola enorme arrastró a varios de nosotros", relataba Sebastián, todavía impresionado por el terrible trance.
"Era un lugar lindo y tranquilo. De pronto, todo cambió", aseguraba Francisco. "Barton se había colocado en el primer lugar de la cadena, en el lugar más peligroso. Empujó a los tres que estabamos peor, pero el agua lo arrancó de las manos de los compañeros".
En el Colegio San Francisco de Sales se aguardó con angustiosa expectativa la llegada de los 120 exploradores.
Cuando ingresaron al patio del colegio, un tremendo silencio recibió al contingente, cortado solo por la exclamación de alguna madre al divisar a su hijo entre los que llegaban.
El padre Arturo Pessagno, director de la casa, recibió a los exploradores y consolaba como podía a padres, chicos y colaboradores.
Pablo Barton había cursado en el colegio San Francisco los niveles primario y el secundario. Fue el abanderado de quinto año y, a pesar de que tenía 22 años, seguía en contacto permanente con sus ex compañeros y participaba en todas las actividades del batallón.
"Había empezado a trabajar en una compañía privada y estaba muy entusiasmado por este campamento porque pensaba que podría ser su última salida con el batallón", confió uno de los soles que no pudo partipar de esta salida.
En la capilla En el colegio San Francisco de Sales, Hipólito Yrigoyen y Yapeyú, fue incesante ayer el arribo de vecinos, colaboradores, ex alumnos salesianos y padres. Uno de estos definió a Barton en pocas palabras: "Era un pibe siempre dispuesto a ayudar".
En la capilla, una bandera del batallón, con la leyenda "Siempre listos", cubría el féretro. Sobre la bandera, tres imágenes de Don Bosco y una Biblia abierta en Corintios 13. La perfección del amor. Toda una definición del explorador que dio la vida por sus amigos.
Rafael Giménez
Pocas veces se consiguen testimonios tan coincidentes sobre una vida. Padres, alumnos, colaboradores salesianos y compañeros exploradores destacaron el espíritu siempre servicial del explorador que murió en el rescate de tres compañeros.
-¿Cómo era Pablo Barton?
-Un corazón con piernas. Un pibe que buscó con honestidad lo que Dios le pedía. Un tipo sensacional, profundo, crítico de la realidad. Fue en el colegio un excelente alumno, el mejor promedio de su promoción, y con gran capacidad de búsqueda, dice el padre Fabián Alonso, rector del secundario.
Agrega que era un intuitivo, "capaz de darse cuenta cuando uno estaba mal por algún motivo. Su vida fue una paráfrasis de Don Bosco: por ustedes yo estudio, por ustedes trabajo, por ustedes vivo y por ustedes estoy dispuesto a dar mi vida. Pablo fue un tipo que me ayudó a ser cura".
Para el director de la casa, padre Arturo Pessagno, Pablo Barton "vivió el servicio y lo hizo vida".
-Los amigos de Pablo comentaron que en algún momento pensó en entrar al sacerdocio.
-Ese es un lento período de discernimiento. No dudo que haya tenido esas inquietudes porque las tienen muchos de su edad, especialmente cuando tienen un corazón tan generoso como el y se dedican a las tareas exploradoriles. Pero es un proceso largo y requiere su meditación. De todos modos, era un gran colabordor nuestro porque a pesar de que hacía varios años que había terminado el colegio, siempre estaba comprometido en distintas actividades de servicio.
Profundamente conmovido por lo ocurrido, el padre Juan Pinto, quien acompañó a los exploradores en este campamento en Tucumán, fue muy preciso en medio de su congoja.
"Murió como un mártir. Si no hubiera sido por su arrojo, no sé lo que hubiera pasado con los chicos que eran arrastrados por el agua".
Aseguró que se averiguaron todas las condiciones del lugar con los pobladores y se lo consideró seguro. Ningún cartel indicaba lo contrario y esto es un hecho en el que coincidieron todos los exploradores.
Hoy, a las 9, se realizará una misa de cuerpo presente en la capilla del colegio.
A su término, los exploradores despedirán a su ex compañero con el grito que cierra todos sus actos y campamentos: "Pablo Barton: ¡Siempre listo!"
. Dijo un cuadro de el el dia 14 de agosto de 2010
“Hizo suya la mística exploradoril del estar Siempre Listo y vivir la Ley de Honor mediante la Buena Acción de cada día, según la tríada del Sistema Preventivo Salesiano: RAZÓN –siendo sencillo y guiando, con sentido común, a cada pibe y cada hermano que encontraba en su camino–; RELIGIÓN –haciendo del Evangelio de Jesucristo el eje de su vida, modelo de su ser joven-educador–; AMOR –escuchando, comprendiendo y acompañando para interpretar la necesidad de los chicos y los más pobres, sin saber decir “no” a cada servicio que se le pedía–. Llegó a la plenitud de su peregrinaje a los 22 años, cuando el lema asumido al reafirmar su promesa exploradoril como Sol: “El Señor me puso en este mundo para los demás”, quedó sellado definitivamente ante Dios al entregar su vida mientras salvaba de las aguas del río a dos exploradores. Su vida: simplemente hacer extraordinario lo ordinario de cada día. ¡Siempre Listo!: tu Lema, nuestro Honor.”
Digo Yo: un 14 de Agosto del 2010
No se porqe estoy escribiendo esto, pero me estoy emocionando en cada palabra. jamas lo conoci a Pablo y muy pocas veces me hablaron de el, pero ayer escuche su nombre y quise llorar. si, quise llorar por un pibe que supuestamente no tiene nada que ver conmigo. pero sin embargo estamos muy relacionados.
el es el Siempre Listo en carne y hueso. el llevaba en la sangre el dar la vida por las personas. es un joven increible que su historia todavia mueve corazones. el y yo somos exploradores y escuchando su historia me emociona, porque es alguien que forma parte de mi familia exploradoril. puedo considerarlo mi familia aunque esto halla ocurrido hace mas de 10 años. listo ya esta, estoy llorando. esto me parece increible. ya se que soy de lagrima facil, pero jamas senti que iba a llorar por el. como me gustaria haber hablado con el o haberlo conocido un poquito. pero mientras el moria yo era una nena de 3 años que recien empezaba el jardin. solo puedo escribirle y esperar a que lo lea. porque se lo merece, porque sos un angel de oro. sos la viva demostracion de que esta forma de vida sirve, y es uno de los mas lindos caminos que se puede elegir para vivir. gracias por ser un constructor de un mundo mejor.
Te Admira, te extraña, se emociona y te quiere
Rocío Zarlenga.
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