Y entonces me encontré en una sala de espera escuchando como las melodias de las demas habitaciones me inspiraban y cobraban vida. divisaba distintas imagenes que podía ver con mis ojos y escuchar con mis oidos. Escuche risas y llantos, asi como tambien los sentí con mi piel. Estaba encerrada en cuatro paredes llenas de luz y color.
Se dice que estar encerrado significa estar privado de libertad pero ese día me sentia mas libre que nunca, dentro de mi cabeza esa pequeña princesa que se proyecta en mis pensamientos bailaba y cantaba.
es la primera vez que entraba a ese lugar y pude percibir al instante ese hogareño aroma a vainilla.
Pero algo me inquietaba. escuchaba el lamento de un corazon triste en aquellos pasillos que reunian todas las entradas de las habitaciones que espero conocer. alguien muy cercano a mi no llegó a tranquilizarse y canalizar todos sus dolores al entrar en este nuevo territorio.
Algo del exterior lo lastimaba y su llanto me lastimaba a mi. sin embargo segui con mi mejor de cara de "todo va a mejorar" cuando en realidad pensaba que "todo esta a punto de derrumbarse,y lo sabés". ¿ me derrumbare yo también? sentí escalofrios al pensar en eso, no quiero caer. no queria que esto me afecte pero sabía que en algo me iba a repercutir. Debia y debo ser fuerte. Esto ya no esta en mis manos.
Yo soy solo una niña mas en la sala de espera esperando mi turno o esperando a que concluyera el turno de alguien más. Olí de nuevo la dulce vainilla y mis pensamientos concluyeron con un "Todos sabiamos que iba a pasar".
De repente, en un abrir y cerrar de ojos, me encontre rodeada de nuevas personas, todas desconocidas, pero sus ojos reflejaban paz, alegría , amor y sencillez. pude sentir sus ganas de aprender y de tener un futuro próspero aunque algunos eran muy pequeños para pensar eso. Y yo, estaba entre ellos, bastante comoda al decir verdad, esperando que mi media naranja concluyera con su clase de aprendizaje para volver a besarlo, una vez más.
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